Una vez llegado el otoño y tras las primeras aguas caídas debemos de comenzar a hacer un buen barbecho a los frutales. Con ello lo que conseguiremos ademas de quitar la nueva hierba que viene naciendo es que los frutales reciban el agua en las raíces, se filtre para cuando la necesiten en las épocas de escasez. También es el momento de aplicar los estiércoles y algún abonado, no debe ser excesivo ya que podemos provocar la perdida de la viveza de los arboles, el secado por la aplicación de demasiado nitrógeno. Para aquellos arboles de hoja caduca solo procederemos a una labor de barbecho y en algún caso aplicación de estiércol, el abono no es necesario ya que el árbol entrara en fase de invierno en el que no captara los nutrientes. Debemos asegurarnos que si son arboles pequeños o débiles, es decir finos troncos y ramas colocar un tutor que haga de apoyo para los días de viento.